- Interésate por ellas. Saluda, sonríe, pregunta.
- Regala la confianza y no la prestes. Delega y concede autonomía. Se sentirán más libres y responsables.
- Averigua cuáles son sus talentos y si los están aplicando, ofreciendo espacio para que los desarrollen.
- Cuando tengas beneficios…comparte. Todas las personas han contribuido. Porque si siguen contigo es porque contribuyen, ¿verdad?
- Reconoce, aprecia, agradece. Sentirán que existen, que son importantes y que tú, lo sabes. Recuerda que no se gestionan personas; nos ocupamos de ellas.
- Informa y comunica. Que sepan todo lo que necesitan y no se enteren por fuera. Están dentro. Tienen derecho a saberlo.
- Enseña, forma, transmite. No te guardes nada. No tengas complejos. Sé generoso. Pásalo.
- Concede oportunidades a todas las personas sin distinciones, y recuerda que no todas desean promocionar. Muchas quieren cambiar de actividad, formarse, disponer de tiempo personal o llevar a cabo actividades complementarias en la organización.
- Da ejemplo. No pidas nada que no practiques. Estás para servir.
- Y escucha. Sincera e intensamente. No hay nada más valioso que sentirse escuchado.
Antonio Ángel Pérez Ballester
Facilitador en procesos de cambio con personas y en organizaciones[/fusion_text]
Leave A Comment