Y llegamos al campo de la medición de la inteligencia o del talento.
Hasta ahora, se han sobrevalorado los llamados test de inteligencia (CI), que pueden predecir el éxito escolar de una manera considerable, pero no dan ninguna pista acerca del “éxito” en la vida, pues estos test únicamente miden capacidades lógico-matemáticas o lógico-lingüísticas. Aquí la aportación de Gardner ha sido sustancial y comienza a influir en muchos sistemas educativos.
Necesitamos el acuerdo y la colaboración, entre padres, educadores y niños. Padres que renuncien a influir y marcar caminos a sus hijos, dejando el espacio y peguntando, y educadores que asuman un rol de descubridor de talentos, acompañando y estimulando al niño, constatando preferencias y registrando las habilidades manifestadas.
A partir de aquí, hacerlo notar, reconocerlo e invertir y potenciar ese talento incipiente. Que los padres y el niño, tomen conciencia de lo que hace bien y disfruta haciéndolo, se lo crean y se entrenen en ello, para aportar lo mejor que son, y tienen, a la sociedad.
Llegados hasta este punto, podríamos establecer que estos talentos o facultades singulares, tienen una base genética y que una vez identificados y constatados, con estímulos y entrenamiento adecuado, pueden producir resultados notables. Y a partir de aquí, la constancia, la motivación o la pasión que el individuo aporte durante su vida, lo es todo.
Muchos talentos pasan hoy desapercibidos en la escuela, por una visión estrecha, y nuestra sociedad está perdiendo oficios y actividades que no se ocupan, frente a multitud jóvenes que engrosan profesiones teóricamente más rentables.
Asistimos a un momento especialmente grave en el que el desconcierto y la incertidumbre se apoderan de gobernantes que no saben como actuar con eficacia. Más que nunca buscamos personas lúcidas, seguras y conscientes de su talento para hollar otros caminos y buscar alternativas.
No podemos desperdiciar más talento y es una hermosa tarea dedicarnos a acompañar a niños y adolescentes en su descubrimiento.
Antonio Ángel Pérez Ballester
(1) Alberto Sánchez Bayo, Arqueología del Talento
(2) Psicobiología del talento. Desarrollo del talento. AEDIPE y PEARSON PRENTICE HALL.2008
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