Diez maneras de hacer invisibles a las personas que trabajan contigo:
- Si te las encuentras por los pasillos no las saludes ni las mires. Si no puedes evitar que quieran hablar contigo, haz como que sí escuchas, pero recuerda que es más importante lo que tú tienes que decir que lo que ellos quieran transmitirte.
- Jamás les reconozcas un mérito y nunca las felicites por algo que han hecho bien, es su obligación.
- Desconfía siempre. Y que lo noten. Regalar la confianza es de ingenuos. Alquílala.
- Acepta los buenos resultados como algo habitual y aprópiatelos tú, pero cuando no se produzcan repróchaselos inmediatamente y échales la culpa.
- No debes mostrar interés alguno por cualquier cuestión que afecte a aspectos personales. Mostrarías debilidad.
- No compartas. Los beneficios deben quedarse para unos pocos.
- No permitas muestra alguna de compañerismo, espíritu de equipo o colaboración. Es peligroso porque se unen. Mejor siembra la desconfianza, la competición y la envidia. Así nadie confiará y tú siempre estarás por encima (de eso se trata).
- No toleres las equivocaciones ni los errores. Consigue que estén ansiosos por ocultarlos. De esta forma te asegurarás un clima de culpa y desconfianza y estimularás las luchas entre ellas.
- Empéñate en controlarlo y supervisarlo todo. Conseguirás que se sientan inútiles y de paso, pensarán que no pintan nada en la empresa (que además es verdad).
- Y atención, esto es muy importante. Nunca les preguntes cómo están…sino…qué han hecho o dónde están. Segur que les pillas.
Antonio Ángel Pérez Ballester
Facilitador en procesos de cambio con personas y en organizaciones
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